La única moto Ferrari es un modelo de 900 cc que salió en 1995. Llegó a tener un precio de subasta de 300 mil euros.
En realidad, la fabricación de la unidad corrió por cuenta de David Kay, y no directamente de la casa de Maranello. Este prestigioso jefe de diseño de MV Agusta obtuvo el permiso por escrito para disponer del logotipo oficial del “cavallino rampante” del propio hijo de don Enzo Ferrari.
“Le concedo la aprobación para colocar la insignia Ferrari en su motocicleta”, fue la contundente respuesta de puño y letra de Piero Ferrari que recibió David Key el 23 de mayo de 1990.
La moto Ferrari debía ser fiel a la marca
El modelo, única moto del sello italiano, se fue creando de manera artesanal y demandó más de 3.000 horas de trabajo. “David Kay se dedicó a construir esta pieza única de ingeniería desde cero, tomando como referencia el pasado y lo que sería el futuro de la firma boloñesa“, subraya un artículo de El Motor.
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Sin duda, el gran desafío era imaginarse cómo Ferrari llevaría su impronta de lujo y deportividad a una motocicleta.
Kay optó finalmente por una motorización de cuatro cilindros y 900 cc, con doble árbol de levas y ocho válvulas mecanizadas en magnesio. La caja de cambios es de cinco velocidades. El peso en seco es de 172 kilos y, quizá uno de los datos relevantes: su velocidad final alcanza los 265 km/h con sus 105 CV de potencia.
Estructura de orfebre
La parte de ciclo es encomiable. Partiendo de la base que para el chasis se utilizó el el caño Reynolds 531, uno de los mejores materiales disponibles. Además, una horquilla invertida Forcelle Italia preside el frente y los amortiguadores traseros dobles pertenecen a la firma WPS. Los frenos de disco son Brembo.
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El trabajo de orfebrería remata con llantas especiales Astralite de 17″ construidas a mano.
La moto Ferrari se remató en varias oportunidades y se vendió, en 2012, al precio de 100 mil euros. La casa de subastas Bonhams, la cotizó en otra ocasión en 300 mil euros, pero nadie ofertó esta vez por la joya de dos ruedas.
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