En el Concept Bike Moto Sapien se da, en pocas palabras, una conexión directa entre la moto y el cerebro del conductor, a través de la inteligencia artificial.

En un artículo publicado en Mundo Motero, Anton Brusseau, su creador, esbozó una explicación. “Todo sucede de alguna manera y de forma indirecta mediante los ojos y los oídos…lo propio ocurre con la motricidad humana”. Eso sí, sucederá a partir de 2050, sugiere el diseñador canadiense.

Este proceso sensorial entre hombre y máquina se desarrollaría a través de un neurochips y de la utilización de otras tecnologías que ya existen. Se trataría en definitiva de conexión íntima y profunda entre la persona y su vehículo de dos ruedas: una experiencia muy similar al andar cotidiano.

Cómo de articularía

La «conexión» del cerebro con distintas parte de la moto se concretaría por medio de sensores y cámaras que harían las veces de los ojos. Pero eso no es todo. «También habría músculos de carbono que modificarían las características estructurales cada vez que resulte necesario», dice la nota de MM.

Sobre el desenvolvimiento de la Moto Sapien, Brusseau aportó más detalles. “Imaginemos el hecho de sentir los neumáticos tan finamente del mismo modo que el sentido del tacto en nuestros dedos”. Suena inverosímil.

En síntesis, se trata de aprovechar las acciones y sensaciones reales para utilizar la motocicleta y percibir todos sus beneficios. Todo ello sin la necesidad de subirse  y conducirla como sucede en la vida real. Vale decir: con la inteligencia artificial. 

A más de 30 años de lo que falta para poner la Moto Sapien en la calle, ya se sabe que su propulsión será totalmente eléctrica. Es que para entonces esta energía alternativa ya se utilizará a gran escala.

Parece ciencia ficción pero, si se materializa, la Concept Bike Moto Sapien marcará un antes y un después para la historia de la moto y de la ciencia en general.

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Créditos | Mundo Motero | Anton Brusseau