La tecnología de protección usada por la NFL y el ejército de Estados Unidos pronto llegará al mundo del motociclismo. La empresa británica D3O, especializada en materiales inteligentes, trabaja en el desarrollo del primer casco de moto basado en fluidos no newtonianos. Los denominados «cascos líquidos» son una innovación busca ofrecer mayor seguridad, comodidad y liviandad respecto a los modelos actuales. Su lanzamiento global se espera para 2027.
Cascos líquidos: de la guerra y el deporte al asfalto
D3O es conocida por sus aplicaciones de seguridad en entornos de alto riesgo. Sus materiales están presentes en cascos militares, uniformes tácticos y equipamiento deportivo profesional. Ahora, tras más de dos décadas de desarrollo, aplica su tecnología al universo de las dos ruedas. Según declaró Mostyn Thomas, director de marketing de la compañía, el objetivo es “cambiar el estándar del mercado, ya sea en peso, comodidad o rendimiento”.
El prototipo en desarrollo se basa en un diseño previo llamado Amp, ya probado en deportes de contacto. Se trata de un forro interior flexible, que se endurece automáticamente al recibir un impacto, disipando la energía y reduciendo la fuerza transmitida al cráneo.
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Clave: el casco podría soportar múltiples impactos sin perder efectividad.
¿Qué son los fluidos no newtonianos?
A diferencia de los líquidos comunes, los fluidos no newtonianos cambian su viscosidad en respuesta al estrés o la presión. En reposo, son blandos y maleables. Pero ante un golpe se vuelven sólidos por fracciones de segundo. Esta propiedad los hace ideales para sistemas de protección personal. Entre los ejemplos más conocidos figuran la maicena con agua, el kétchup, o algunos geles industriales de uso militar.
5 productos que contienen fluido no newtoniano:
Zapatillas deportivas con suelas reactivas
Guantes anti-impacto para obreros
Fundas reforzadas para celulares
Rodilleras y coderas tácticas
Placas blindadas flexibles para policía y ejército
¿En qué se diferenciará este casco?
A nivel técnico, el casco de D3O integrará una capa de polímero líquido entre el acolchado y la carcasa. Esta capa absorbe los impactos leves y se endurece al recibir una fuerza mayor, como un golpe o caída. A diferencia de los actuales sistemas de EPS (poliestireno expandido), el fluido no necesita romperse ni deformarse, por lo que el casco podría soportar múltiples impactos sin perder efectividad.
Según Motorcycle News, este desarrollo “adapta el conocimiento militar y deportivo de D3O a un entorno civil, con potencial real para salvar vidas en el tránsito”.
La empresa británica D3O, especializada en materiales inteligentes, trabaja en el desarrollo del primer casco de moto basado en fluidos no newtonianos.
Comparativa frente a los cascos tradicionales
Los cascos convencionales usan una estructura rígida externa y un núcleo de espuma EPS que se fractura para absorber la energía de un choque. Si bien este sistema es ligero, económico y eficaz, no ofrece protección reutilizable. El modelo de D3O, en cambio, permitiría una mayor durabilidad ante impactos múltiples y mejor adaptación a diferentes tipos de golpe.
Desde el punto de vista comercial, competirá con fabricantes consolidados que han perfeccionado sus cadenas de producción durante décadas. Esto representa uno de los desafíos clave para su adopción masiva.
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El verdadero desafío será demostrar su eficacia frente al ya probado EPS.
Lo mejor y lo peor del proyecto D3O
Lo mejor:
Combinación única de confort y seguridad
Potencial de uso prolongado sin reemplazo tras impacto
Lo peor:
Costes elevados frente al EPS
Complejidad para integrarse en las líneas de producción actuales
Comercialización y disponibilidad
D3O planea lanzar este casco al mercado en 2027. Por ahora se encuentra en fase de I+D. Aún no se conocen detalles sobre homologaciones internacionales ni precios definitivos, aunque se especula con cifras por encima de los 500 dólares/euros en mercados como Estados Unidos y Europa.
Un desafío pragmático
Aunque la promesa de los cascos líquidos es disruptiva, el verdadero desafío será demostrar su eficacia frente al ya probado EPS. La clave no estará solo en la seguridad, sino en el peso final, ventilación y comodidad de uso. También influirá su compatibilidad con sistemas como visores, intercomunicadores o forros térmicos. Si logra superar estas barreras, D3O podría redefinir la forma en que se protege la cabeza en moto.
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