Fabio Quartararo, la revelación de 2019, analiza la primera parte de la temporada y desvela los objetivos que se ha marcado para la segunda mitad del año.
A sus 20 años, sólo necesitó media temporada en MotoGP para liderar el rookie del año y confirmar un prometedor futuro en la categoría reina.
Fabio Quartararo (20 de abril de 1999, Niza, Francia) analiza para AMV la primera parte de la temporada y revela los objetivos que marcó para la segunda mitad del año después de haber logrado tres poles y dos podios.
El francés superó todas las expectativas y su nombre figura ya en la historia del motociclismo al convertirse, con 20 años y 14 días, en el piloto más joven en conseguir una pole.
“Estoy muy satisfecho con esta primera parte de la temporada. Ni me imaginaba que iba a poder conseguir tres poles y dos podios. …hay que seguir trabajando para continuar luchando con los mejores y continuar aprendiendo, dijo Quartararo a Prensa de AMV, la aseguradora que lo patrocina.
Respecto a su huella en las estadísticas, luego lograr una pole en Montmeló, “El Diablo” reflexionó con perfil bajo: La verdad es que los récords no es algo que realmente me interese, aunque no está mal ser el piloto más joven de la historia en conseguir una pole en la categoría reina. ..estoy más concentrado en mis objetivos reales que son, de momento, aprender mucho y obtener buenos resultados.
Paso a paso, pero rápido
En cuanto a su meteórica evolución, el corredor oriundo de Niza consideró que “no hemos quemado etapas rápidamente, sino que hemos ido poco a poco. Hasta Barcelona, donde llegó la primera caída de la temporada, no cometí errores. Creo que tuvimos un inicio muy bueno porque fuimos paso a paso. Conseguimos terminar en seis ocasiones entre los 10 primeros, en cinco pruebas salimos desde la primera línea. Hemos ido poco a poco, pero el poco a poco ha sido bastante rápido”.
“Pero toda la repercusión que logró y su probable consagración como rookie el año no le cambió la percepción sobre sus referentes en la competición. “Algunos de mis ídolos de la infancia ahora los tengo que considerar como mis rivales, aunque sigan siendo mis ídolos. Rodar con Valentino Rossi es un placer, pero en la pista es la guerra…”
Pero toda la repercusión que logró y su probable consagración como rookie el año no le cambió la percepción sobre sus referentes en la competición. “Algunos de mis ídolos de la infancia ahora los tengo que considerar como mis rivales, aunque sigan siendo mis ídolos. Rodar con Valentino Rossi es un placer, pero en la pista es la guerra”, sentenció con seguridad, aunque reconoció que lo que sí transmutó es la manera de vincularse con ellos. “Seguro, ahora me ven como un rival y no como un piloto que llega de Moto3 o Moto2. Ahora estamos luchando en la misma categoría y seguro que se modificó bastante el punto de vista de estos pilotos respecto a mi persona”.
Todo depende…
Sus estrategias de carrera varían, sobre todo, “de cómo hayan ido las cosas el viernes y el sábado. Ya sabremos, más o menos, en qué posición podremos luchar viendo los ritmos de los rivales y mis sensaciones sobre la moto. Dependiendo de todo esto, lo afrontamos de una manera o de otra”.
Fabio Quartararo se caracteriza por su concentración pero esquiva los largos procesos de introspección. “Tengo bastante estrés y trato de paliarlo escuchando música y haciendo bromas con mis mecánicos. Caliento un poquito antes de salir a rodar, pero no me gusta estar mucho tiempo concentrado en el camión o en el box. Cuando estamos en la grilla y me pongo el casco tres minutos antes de partir, es ahí donde realmente me tengo que concentrar y no mucho tiempo antes”.
Sobre su pintoresco apodo, el galo explicó que “cuando era más chico tenía un casco con un diablo y uno de mis rivales comenzó a llamarme ‘El Diablo’. En ese campeonato éramos más de 45 pilotos y todos lo adoptaron desde entonces”.
En sus consideraciones finales, Fabio Quartararo confió a Prensa AMV que le “gustaría terminar la temporada siendo el rookie del año en MotoGP”, status que no pudo obtener ni en Moto2 ni en Moto3, y que “no hay secretos para llegar a MotoGP…mi padre no me forzaba a ir en moto y era yo el que lo pedía. Lo principal es disfrutar y tener siempre ganas de rodar. Si no tienes ganas, es más complicado. A esa edad, no era trabajar, sólo consistía en disfrutar lo máximo sobre la moto. Hasta llegar al Campeonato del Mundo, sólo quería en disfrutar”.
Créditos: Prensa AMV
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