La personalización del ex piloto y maestro customizador es lo más extremo que una BMW puede dar.
La BMW R 18 Dragster es una de las motocicletas más extremas que jamás haya llevado la marca de la hélice en el tanque. Pero al fin y al cabo, el mundo de las custom también está hecho de excesos y para formar parte de él no se puede ser menos.
BMW había entrado recientemente en el mundo builder con la R 18 Cruiser, que tiene todas las credenciales para complacer al público. Pero para alcanzar el imaginario se necesita algo más, por lo que en Munich también comenzaron a explorar el universo multifacético de los personalizadores independientes.
Manos autorizadas
La BMW R 18 Dragster nació precisamente de las manos de uno de ellos, Roland Sands, nacido y criado en Long Beach (USA), y que antes de dedicarse a la personalización de motos se convirtió en piloto: fue ganador de un título en el American 250 GP en 1998.
Sands, ahora es uno de los más famosos creadores de motos modificadas. Y con su BMW R 18 Dragster consiguió un modelo único construido alrededor del imponente big boxer, inspirado, como su nombre lo indica, en las carreras de aceleración, que en Estados Unidos nacieron prácticamente junto con el motor de combustión interna.
“Con un motor tan visible, que domina la moto, inmediatamente pensé en los ‘muscle cars’. Mi familia siempre ha sido una apasionada de la velocidad y mi padre era un piloto de carreras, así que pensé que tenía sentido reducir la moto a lo esencial y modelarla para ir rápido en la recta«, dijo Sands, según la revista GQ.
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«La electrónica fue sin duda la tarea más difícil que tuvimos que afrontar, ya que añadimos óxido nitroso, retiramos el escape de serie y cambiamos drásticamente la aspiración. Fue un poco un experimento, pero lo logramos y el resultado final es impresionante, añadió.
Transformación en 90 días
El proceso de personalización duró aproximadamente tres meses y medio. “Aunque en mi carrera he construido más de doscientas motos – prosiguió – cada una tiene su propia historia. Se necesitan diferentes materiales, piezas especiales y nuevas ideas, pero siempre respetando la idea que se tiene en la cabeza”.
Sands expresó que “todo comenzó quitando por completo la parte trasera y creando componentes a medida para hacer de la moto un dragster. La geometría de la parte delantera, en particular de la pipa de dirección, por otro lado, es la misma que la del modelo de producción, incluso la horquilla que proviene de la BMW R nineT y el sistema de frenos de la superbike BMW S 1000 RR .
Roland fue más allá y concibió llantas delanteras y traseras de diferentes tamaños a los estándars, además de componentes como la carcasa del velocímetro, los soportes del manubrio, las bandas, las empuñaduras, las palancas y los espejos, así como los elementos decorativos de la carrocería, las tapas de los depósitos y las cubiertas del silenciador de escape, entre otros elementos.
Créditos: Revista GQ
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