La Five-O 1000 es una Suzuki GSX-R1000 personalizada con mínimos detalles pero radicalmente transformada. “No tienes que realizar un montón de modificaciones para alterar radicalmente la apariencia de una moto. Los artesanos del mercado de accesorios de Classified Moto son muy conscientes de este hecho. El taller de Richmond, Virginia (USA) no hizo cambios irreversibles cuando personalizaron esta moto, pero aun así lograron darle un comportamiento completamente nuevo y muy resistente”, explican los colegas de Autoevolución en la presentación del trabajo.
Apodada Five-O 1000, esta máquina “mala” fue una vez una Suzuki GSX-R1000 estándar de 2013. Esto asegura, desde el principio, que tiene potencia más que suficiente para justifica su apariencia brutal.
“Al entregar el encargo al equipo Classified, el cliente les indicó que diseñaran un escape debajo del asiento y mantuvieran fuera de la ecuación cualquier modificación significativa del chasis. Por lo demás, todo era carta blanca”, acota el portal especializado.
Manos a la obra
John Ryland y su team descubrieron que en la “Gixxer” el bastidor auxiliar de fábrica era extraíble, por lo que lo reemplazaron con un módulo de enrejado construido internamente. Debajo de este nuevo esqueleto, se pueden apreciar tuberías de escape hechas a mano que serpentean hasta un silenciador cuadrado de acero inoxidable justo debajo del asiento. Los ajustes de la parte trasera se completan con una luz trasera LED redonda y un asiento individual maravilloso.
En los flancos de la Five-O 1000 hay paneles laterales de malla. Cabe señalar que se conservó todo el tren de rodaje estándar de la GSX-R. También se mantuvo el tanque de combustible original, pero se lo recubrió con pintura en polvo y se le colocó una cubierta de lona encerada. Además, en su frontal hay dos faros dobles muy elegantes. Por último, hay caucho Avon abrazando las ruedas de este “espécimen posapocalíptico”
Siempre según Autoevolución, a David Lillard de Redline Performance Motorsports se le asignó la tarea de reasignar la ECU para que funcionara bien con el escape hecho a medida. Sólo se le desbloqueó un poco más de gruñido en el proceso.
Para los toques finales, los expertos de Ryland agregaron una batería de iones de litio Shorai y un nuevo manubrio. La guinda es un tanque de desbordamiento de refrigerante de acero inoxidable con una mirilla llamativa.
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Créditos | Autoevolución
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